La motricidad fina de un bebé, es muy importante para su desarrollo y dependerá siempre de la práctica y las posibilidades que le brindemos los padres de aprender y ejercitarse durante los primeros años de vida.
Para esto como padres, podemos incentivar esta motricidad, ofreciéndole infinidad de juegos y actividades, que practicaremos juntos, con respecto a objetos de diferentes peso, forma, tamaño y texturas, intentando que los descubra y les preste atención, ya que los mismos, le ofrecen la oportunidad de ejercitar sus músculos que se encuentran en pleno desarrollo.
Cuanto más variemos las actividades, como arrastrar, empujar, rodar, dar vueltas más será la estimulación que el niño reciba. Podemos esconderle objetos que a él le agraden e invitarlo a buscarlos y descubrirlos, hacerle sentir la diferencia entre un juguete de plástico duro y el suave peluche de sus muñecos, mostrarle objetos de encastre que poco a poco y copiando nuestras actividades el niño irá adquiriendo mediante juegos y aprendiendo simplemente jugando que para el caso, es la mejor manera de aprender.
De esta manera cuando menos imaginemos, estará tomando su cuchara, alimentándose solito y jugando y creando con su enorme imaginación.
Foto: Gracias a imcountingufoz