Muchas personas creen que se pueden tener muchos libros, pero esto no es del todo cierto. Algunos libros infantiles son tesoros reales, con muchos recuerdos de aquellos momentos cuando te pedían que les leyeras el mismo cuento antes de dormir.
Mantén tus libros en orden
Es por eso que estas son piezas que de verdad querrás conservar, pero también pueden haber títulos que no tienen ningún valor sentimental.
Escoge y recoge los libros que no necesitan quedar en la habitación infantil. Algunos podrían ser muy inmaduros para tu niño. Pon todos esos libros, en una bolsa o en una caja y dona los que están en buenas condiciones a una guardería, una biblioteca o un centro de cuidado infantil.
Los atesorados libros que tu quieres que se queden, aquellos que tu hijo aún lee o aquellos que quiere conservar todavía, deben ser puestos en estanterías de biblioteca con un acceso fácil para niños.
Coloca los libros infantiles en una cesta o contenedor y colócalo en un estante. Organiza los libros de tapa blanda o dura en la estantería también. Si tienes sillas o almohadones, colócalos cerca de los libros para que los niños tengan un lugar cómodo para leer.
Tienes que decidir cómo los vas a organizar, ya sea por autor, por historia o por orden alfabético.
En esta tarea tu hijo tiene un papel muy importante ya que él es el que tiene que decidir los libros que se quedan, puede ayudar a organizarlos alfabéticamente por título o por autor, decidir en que parte de la biblioteca o estantería ponerlos para que los pueda leer después y escoger su centro de cuidado de niños favorito o su biblioteca preferida para llevar todos los libros que ya no quiere ni necesita.
