Las comidas procesadas, aquellas que están llenas de preservativos, químicos y colores añadidos; simplemente no son tan nutritivas. Además cada vez que consumimos comida altamente procesada, estamos de alguna forma esquivando otra comida que nos puede ayudar a retrasar los procesos del envejecimiento.
El ejemplo clásico es el pan integral contra el pan blanco. El trigo entero que tiene el integral ha comprobado que ayuda a combatir la enfermedad cardiaca, gracias a su abundancia de fibra y otros nutrientes, mientras que el pan blanco no tiene todas estas propiedades.
Muchos nutrientes se pierden durante el procesado de las comidas y muy pocos son puestos de vuelta, según dicen los expertos. Además nuestro cuerpo naturalmente digiere la comida sin procesar mucho más despacio que la procesada, lo que evita que los niveles de azúcar en la sangre y de insulina fluctúen rápidamente.
Y es ese proceso más despacioso de las comidas en nuestro cuerpo lo que ayuda a evitar enfermedades como la diabetes. Además estas comidas sin procesar tienen menos calorías por gramo, lo que también mantiene alejadas las enfermedades relacionadas con el sobrepeso como los problemas cardiacos y los accidentes cerebro vasculares.
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