Muchas relaciones acaban cada día, algunas de mutuo consentimiento, algunas otras y más dolorosas cuando uno solo de la relación quiere seguir adelante y dejar atrás lo que hasta entonces les unía, es un proceso doloroso para quien se ve frente al abandono de alguien que le era importante, sobretodo si todavía ama o si tienen cosas en común que parece que no podrán superarse…llega entonces el momento de intentar recuperar el amor.
Recuperar el amor perdido
Es un proceso doloroso renunciar a alguien que ya no nos ama, alguien que sigue más allá de lo que solía compartir en pareja, pero es un proceso que se supera, sobretodo hay que tener en cuenta a la hora de evaluar cómo recuperar el amor, si nos motiva a ello realmente el amor o estamos atemorizadas frente a la soledad, tememos empezar de nuevo, buscar alguien más y sobretodo y esto es normal, estamos sintiendo el rechazo como un sentimiento que debe herirnos, sentirnos vengativas y empecinarnos en no seguir adelante y retener a alguien que no nos ama, contra su voluntad.
No estamos hablando de las relaciones que acaban aunque los dos se amen, porque surgen inconvenientes, porque hay obstáculos difíciles de superar, sino al rompimiento cuando uno de la pareja quiere alejarse, porque se cansó de la relación, porque encontró otro amor, porque sencillamente la rutina cansó, por cualquiera que sea el motivo del rompimiento, es saludable aunque doloroso asumir que no podemos cambiar dicha situación, que no podemos de manera egoísta pensar en retener a alguien contra su voluntad, y que estancarnos en la recuperación de algo que ya terminó solo traerá más dolor y nunca el amor.
Hay que vivir el proceso del amor perdido, si luego de intentar salvar la relación nos sinceramos para darnos cuenta que no hay salvación, debemos asumir que la vida sigue su curso, que debemos quedarnos con los buenos recuerdos y la experiencia adquirida, que el corazón vivirá la negación, la ira, la soledad pero también se recompondrá. Asumir que debemos recuperar un amor es una manera de estancarnos, una forma de decirnos que no estamos listas para asumir la vida con sus inconvenientes, o que estamos construyendo puentes a la dependencia de alguien más. Cuando enfrentamos el hecho de que el amor es algo que igual existe que no existe otro día porque alguien nos ama pero no controlamos que lo haga por siempre, damos un paso hacia adelante en la forma de plantearnos la vida…
El amor como no se obtiene, no se compra, no se vende, tampoco se recupera cuando se ha extinguido y luego de muchas exigencias pareciera que lo hemos recuperado, la amargura de tener un amor casi obligado o la inseguridad de otro abandono, serán más dolorosas que el haberlo perdido de verdad.