El hecho de que una mujer se haya sometido a una cirugía para aumentar el volumen de sus senos no tiene porque interferir con la lactancia, siempre que los pezones no se hayan desplazado ni se hayan cortado los conductos lácteos. Así es mamás que si hemos decidido agrandarnos nuestros senos, y embarazarnos luego, podemos estar seguras que podremos seguir amamantando en el momento necesario, a nuestros bebés.
Ultimamente existen ciertas precauciones sobre los posibles riesgos que tienen, tanto la madre como para el bebé, los escapes de implantes de siliconas, pero no se ha comprobado nada y se recomienda amamantar cuando exisitó un aumento de mamas, no así en el caso de una reducción de senos, ya que resulta a veces imposible, sobre todo si tenemos en cuenta, que en esta intervención se han desplazado los pezones, y se cortan los conductos y células nerviosas.
Muchos cirujanos en la mayoría de los casos de reducción de mamas advierten a sus pacientes que no podrán lactar a sus hijos, pero para sorpresa de las mismas han comprobado que si podían hacerlo, Por lo tanto, merece el intento.
La leche materna es el mejor alimento para nuestro bebé.
Foto: marpuian
