Desde hace unos cuantos años se habla mucho de la estimulación temprana de los niños, ¿Pero se preguntarán porque?
La respuesta es muy simple, todos los bebés nacen con un verdadero potencial y entre que son bebés y los cinco años, podemos aprovechar al máximo sus capacidades por medio de la estimulación, para conseguir un mejor y mayor desarrollo y aprendizaje.
La estimulación temprana desarrolla al máximo hasta los 6 años de edad, las capacidades físicas, cognitivas, emocionales y sociales de nuestro hijo, y puede alimentar su autoestima, evitando posibles estados no deseados a medida que va creciendo y desarrollándose.
Este propósito cumple con acrecentar al máximo desde que nace, todas sus actividades, y sus resultados no son inmediatos, pero en el se aprovechan todas las conexiones que dependen exclusivamente del cerebro, que posiblemente a futuro sepa como y cuando utilizar estos estímulos recibidos en este temprano momento.
No se pretende crear niños genios ni mucho menos, pero si se pueden obtener ventajas significativas, y se debe tener presente que aquellos niños correctamente estimulados a edades tempranas, no se vuelven hiperactivos, la estimulación les brinda la capacidad de saber utilizar sus energías, dado que el medio de exploración de los niños es el cuerpo y son inquietos por naturaleza, esta es su mejor manera de aprender.
Foto: Gracias a abbynormy
