El contacto de un bebé con el ambiente, el resto de las personas, y el descubrir que todo el mundo no se resume solamente a metros cuadrados de su habitación es realmente importante, el niño que tiene contacto con el afuera desarrolla correctamente sus 5 sentidos, al cien por ciento.
Al relacionarse con el medio exterior, descubre por si mismo y afianza todos los conocimientos que cuando esta sentado viendo pasar al resto frente de sí, de esta manera se forma, y experimenta directamente con el entorno, mirando oliendo tocando, descubriendo, él va adquiriendo toda esa información, y después la guarda en su pequeño cerebro, que se desarrolla por esta etapa a pasos agigantados, y con estas experiencias, su sistema neurológico y cognitivo madura más rápidamente.
Si bien en esta etapa no es muy sociable, el que comparta con otros niños parte de su tiempo es muy productivo, ya que de esta manera procesa que hay más personas que no son solamente las de su familia, y los destacará con facilidad del resto.
Poco a poco de los otros niños aprenderá a jugar, aunque no se integrará de entrada, este tipo de relaciones le permite cuando sienta miedo o se sienta inseguro en cualquier momento encontrar fácilmente a sus padres, hermanos, y reconocerlos ante situaciones adversa.
Foto: Gracias a BruceTurner