Cuando llega la noche muchas son las madres que pasan horas en la habitación de su hijo, normalmente este tiene miedo y no quiere dormir solo.
El problema real radica en que el niño comienza a jugar con su prodigiosa imaginación inventando todo tipo de cosas, quiere ir al baño, tiene sed, quiere repentinamente repartir besos por toda la casa etc, y cuando uno lo manda a dormir, comienza a llorar sin consuelo.
Este niño con actitudes así, tiene mucho miedo, pero no es consciente de lo que sucede, puede ser miedo a la oscuridad, miedo a la noche, a la lluvia, o a quedarse solo, por lo tanto evita de cualquier manera el hecho de tener que ir a la cama.
Como padres, para corregir este tipo de conducta, y que no nos lleve a pasar la noche en su cama, lo mejor es hacer fuerza en los buenos hábitos, establecer horarios para que el se vaya a dormir, y que se respeten.
Los niños se adaptan muy fácil a las rutinas, cuando desde chicos uno las impone, y en esta oportunidad, nada mejor que cenar, darle un cálido baño, donde juguemos un poco con él, y luego llevarlo a su dormitorio, donde podremos leerle algún cuento apropiado, que no hable ni de monstruos, o villanos, para que su imaginación no se altere, y luego del cuento, retomar nuestras actividades para que el duerma solo.
Foto: Gracias a iandeth
