Los bebés desde muy pequeños aceptan todo tipo de estímulos que ingresan al vientre desde el exterior, y provocan un aumento en sus movimientos y su ritmo cardíaco.
Esto ocurre porque desde el primer momento durante la gestación hay un desarrollo sensorial, es así como se explica que si una madre ingiere algún tipo de alimento dulce, el pequeño bebé recibe azúcar, como ya todos sabemos, energía por lo tanto se moverá mucho más para gastarla.
Por otro lado el bebé también reaccionará ante los sonidos, y si la madre escucha música clásica o tranquila, también colaborará con el relax del bebé dentro de su vientre.
Es muy natural que las madre sintamos los movimientos del bebé y como percibe todos los estímulos que le brindamos desde el exterior, sobre todo si hacemos gimnasia o practicamos alguna actividad como baile, notaremos que en nuestro bienestar y placer corporal , el bebés desde su interior, se mueve junto con nosotras y es capaz de demostrar que se siente feliz, en movimiento, reaccionando frente a todos nuestros estados de ánimos, ya sea ansiedad, tristeza, felicidad, relajación etc.
Notaremos perfectamente cuando estamos ansiosa que el bebé está inquieto, y que si tratamos de relajarnos, el también lo intentará.