En otras épocas, y como parte de la creencia de las antiguas madres se creía que la inmersión, ya sea tanto en los baños de inmersión mismos o mediante las actividades acuáticas como la natación o el aquagym, favorecían la ruptura prematura de las membranas donde se desarrolla el embarazo.
También se sostenía que en estos casos la futura mamá no se daba cuenta de esta ruptura a la cuál precedía la pérdida de líquido amniótico y que este tipo de inmersiones podía favorecer las infecciones en las membranas ovulares intra amnióticas.
Con los años esto se ha ido desmitificando y está comprobado que la mamá que practica natación o se encuentra sumergida en algún medio líquido ya sea para mantener alguna actividad durante el embarazo o por el simple hecho de relajarse, no favorece a la ruptura de la bolsa de las aguas, ni mucho menos a la pérdida de líquido amniótico, como tampoco la expone a infecciones que peligren su vida ni la del bebé.
De darse este tipo de casos, muy poco comunes, la madre inmediatamente lo notará porque seguirá perdiendo líquido y se aumentarán el ritmo de las contracciones. Por otro lado en mi caso particular, los médicos que llevaron en curso mi último embarazo, recomendaron la práctica de actividad acuática, sin movimientos bruscos, ya que de esta manera se favorecen los mecanismos saludables a nivel psicológico y de bienestar en la madre y esto favorece el correcto desarrollo del bebé.
Hoy por hoy, la natación siempre y cuando no existan contraindicaciones es uno de los deportes más recomendados para las futuras madres. Por lo que queda completamente invalidada la creencia de que los baños de inmersión, o las actividades acuáticas favorecen la ruptura de la bolsa de líquido amniótico.
Foto: Gracias a kingrick302