Hacer que la vida de nuestros hijos sea amena, no será tarea fácil y seguramente nos demande de mucho tiempo, esto significa que no hablamos de cantidad de horas que se harán eternas al lado de ellos, sino de la calidad de tiempo que podemos brindarles, para que sean verdaderamente aprovechadas, productivas y llenas de aprendizaje.
La vida diaria, la televisión, el celular, el trabajo y la cantidad de obligaciones que tenemos los padres, muchas veces nos restan tiempo de calidad para brindarle atención adecuadamente a nuestros pequeños, impidiendo que se construya el verdadero lazo de la comunicación, un pilar básico en la convivencia familiar.
Podemos favorecer esa comunicación, aunque el tiempo sea escaso, mediante juegos, compartiendo con los niños salidas a la plaza, andando en bicicleta si ya tienen edad para hacerlo, leyéndole cuentos, y escuchando sus anécdotas o aquellas pequeñas cosas que siempre tendrán para contarnos, desde que su día comienza hasta que se van a la cama. También podemos enseñarles algunas tareas domésticas, no solamente para adquirir el hábito del orden, sino para que compartan con nosotros ese tipo de actividades, y así tengamos más tiempo para estar junto a ellos.
Todas estas pequeñas cosas, parecen casi insignificantes, pero forman parte de la vida cotidiana en familia, y compartirla con nuestros hijos los ayudará a crecer saludables y sanos, la crianza de nuestros hijos, no solamente debe ser bajo responsabilidades económicas, sino que debe estar concentrada en todas las necesidades básicas que el niño tiene desde que llega al mundo. Saber que estamos a su lado, los hace realmente felices, y como padres, es justamente eso lo que anhelamos… la felicidad de nuestros hijos.
Foto: Gracias a kretyen