Esta es una frase muy común que la mayoría de los padres solemos decir y muchas veces poner en práctica, pero es un castigo que merece una verdadera reflexión, si te preguntas porque, la respuesta es muy simple.
Utilizar la comida como premio o castigo puede ser un factor desencadenante de trastornos alimentarios a largo plazo y somos muchos los padres que caemos en este tipo de frases como «Si no comes el arroz, tampoco comes el helado del postre». Estamos usando a la comida como moneda de cambio, y lo que es peor aún es que claro el postre siempre es un premio y olvidamos que es la comida que suele contener mayores contenidos de glúcidos.
La comida no debe ser ni premio ni castigo, la mejor manera de que un niño coma absolutamente de todo es realizando en conjunto con toda la familia una dieta rica en nutrientes y equilibrada y que tenga absoluta libertad para decidir aquellos alimentos que prefiere y aquellos que no. Si lo forzamos a comer algo que no desea difícilmente le agradará más adelante. Ahora si nos ve consumirlos a nosotros y se nota en nuestro rostro que es un alimento agradable, seguramente accederá a probarlo él también.