Como en cualquier otra patología los consejos para prevenir y tratar el estrés en los más pequeños, dependerán siempre de las causas que lo producen, por eso siempre es recomendable que nuestro bebé se sienta atendido y contenido por el entorno familiar.
De esa manera integrándolo en el seno familiar y brindándole un ambiente tranquilo conseguiremos alejar el fantasma del estrés de su lado. Hay que destacar el tema de la lactancia materna es imprescindible ya que actúa como un inmunorregulador contra éstos malestares.
En el caso de que la madre no pudiera por motivos diferentes alimentar a su pequeño con leche materna, se pueden utilizar fórmulas industrializadas infantiles enriquecidas con probióticos específicos como oligo galactosil lactosa, u oligofructosa sacarosa, que consiguen niveles de bifidobacterias y lactobacillus en lactantes nacidos a término muy parecidos a los que produce la leche materna.
Todos estos probióticos estimulan el sistema inmunológico del bebé reduciendo así los procesos de estrés, las infecciones y los procesos alérgicos típicos del desarrollo de los primeros meses.
Es muy importante el ambiente familiar donde se desarrolla el pequeño debe ser siempre relajado, sin discusiones, no elevando el tono de vos entre los padres y familiares, y mucho menos si uno se dirige a él, se debe recrear una rutina horaria para alimentarlo, que descanse y que se recree junto a sus padres, hermanos y el resto de la familia.
Aquellos bebés que se encuentran plenamente en contacto con sus padres están contenidos, y se mantienen en un ambiente agradable, aprenden y se desarrollan mucho más saludables que aquellos que no poseen ésta posibilidad, y crecen en ambientes hostiles.