A medida que los niños van creciendo es normal que haya ciertos celos, y que se disputen el cariño de la madre, de diferentes formas. No es nada raro verlos peleando, o cuestionado porque se le da a uno más que a otro, porque uno debe hacer determinadas cosas mientras que el otro no.
No es nada alarmante y forma parte del crecimiento, ya que el amor entre ellos y las peleas forman parte de esa evolución. De todos modos para evitar roces y rencores, es mejor que las madres tengamos presente:
Siempre que podamos dar explicaciones, muchas madres contestan a sus niños autoritariamente » porque yo soy tu madre y así lo deseo», de todos modos y si bien somos nosotras las encargadas de sus decisiones, es mejor aún cuando son pequeños darles las razones de cualquier cosa que les solicitemos.
Por otro lado siempre hay que tener en cuenta las opiniones de los pequeños, dejarlos que expresen si están disconformes, si no les agrada algo, pero con firmeza, si algo nos resulta injusto ellos deben entender que nosotros pensamos lo contrario.
Reconozcamos nuestros errores, ese es un excelente ejemplo, las madres no somos perfectas y podemos equivocarnos, de esa manera el niño aprenderá a disculparse y asumir si se a equivocado.
Recordemos que los hijos no son todos iguales y cada uno tiene sus propias necesidades, intereses y sentimientos, por eso no se los debe tratar igual, pero sin hacer favoritismo, ya que nuestro amor es incondicional para cada uno de ellos.
Foto: Alberto Jiménez Rey