La cirugía de reducción de senos, también llamada reducción mamaria, es algo que se realiza a algunas mujeres que tienen esta parte de su cuerpo de un tamaño que les afecta en su vida diaria, como causándoles dolores de espalda, y es muy aconsejable cuando no se puede llevar una rutina normal. Sin embargo, esta clase de cirugías en algún momento podrían llegar a afectar tu capacidad de amamantar a tu hijo.
La reducción mediante cirugía de los pechos en algunos casos, que no son muy comunes, puede dañar los nervios y los ductos y glándulas que son los encargados de la producción de leche, haciendo que amamantar a tu hijo sea un asunto un poco más complicado que lo que es para una mujer que no ha requerido alguna clase de cirugía en su pecho. Sin embargo, esto no es una regla en las mujeres que se realizan esta clase de operaciones.
Las mayores probabilidades son que puedas darle tu leche materna a tu bebé sin ninguna clase de complicaciones. Si tu pezón y tu areola están aún pegados o junto al tejido del pecho que se encuentra debajo de ellos, existe una gran posibilidad de que puedas amamantar. Todo porque esta parte es la que hace que la leche salga por donde debe salir y que tu hijo pueda recibirla sin problemas.
Sin embargo, si tu pezón fue quitado y después vuelto a poner sobre un seno reconstruido, podría existir un daño a los nervios, que son lo que estimulan la liberación en tu cuerpo de hormonas que son necesarias para la producción de leche y que se mantenga hasta cuando tu hijo la necesite; también a los ductos por donde sale la leche y en el tejido del pecho puede limitar el flujo de leche y disminuir la sensación en tus pezones.
Foto: diluvi