La mayoría de expertos concuerdan en que no debes seguir un horarios de alimentación rígido en las primeras semanas, aunque para el primer o el segundo mes ya sabrás aproximadamente unos horarios para que trabajes más en un patrón más fijo.
En las primeras semanas debes ofrecer tu seno o el biberón cada dos o tres horas o cuando veas que tu bebé está hambriento. Hasta que tu bebé alcance alrededor de los cinco kilos posiblemente beberá entre una y tres onzas cada vez que coma. No debes forzar a tu hijo a comer más de lo que él desee comer y a medida que vaya creciendo el pediatra te puede ir aconsejando la cantidad que debes darle.
Con respecto al biberón, cada vez que utilices una nueva, con sus aros y sus chupos, debes esterilizar todo sumergiéndolo en un recipiente con agua hirviendo por lo menos durante cinco minutos. Después debes dejar que se sequen en una toalla limpia. Después de eso, una buena limpieza con agua caliente y jabón, o un ciclo en el lavavajillas que suficiente.
Ya a la hora de preparar la fórmula en el biberón es mejor que no la mezcles en él al mismo tiempo. Lo mejor es que alimentes a tu bebé primero con toda la leche materna que te salga y después complementes su alimentación con un poco de leche de fórmula en el biberón. Así no gastarás ni un poco de tu leche materna que es tan buena para tu hijo y también estarás suplementando su alimentación con el biberón.
Foto: Gracias a acme