La mayoría de los perros y los gatos en los países occidentales son vacunados contra la rabia, así que usualmente no llevan el virus que causa la enfermedad. Así que si tu niño resulta mordido por uno de esos animales y conocer el dueño, puedes pedirle que te muestren la documentación que pruebe que el animal ha sido vacunado, incluso puedes llamar al veterinario para verificar.
Si no sabes quienes son los dueños, o el animal está actuando de forma extraña o tiene espuma en su boca, intenta mantenerlo a la vista, sin acercarte mucho, y llamar a las autoridades de control animal para que vengan a capturarlo, y son ellos los que te pueden decir si el animal tiene rabia o no. Si no conoces el animal o no sabes a donde fue, esas mismas autoridades pueden intentar buscarlo y a su dueño para saber si tiene las vacunas correspondientes.
Si no puedes verificar si las vacunas contra la rabia del animal están en regla, es posible que tu niño pueda necesitar una serie de inyecciones para prevenir la enfermedad, sólo en caso de que el animal tenga la enfermedad. Además de esos perros y gatos vacunados, los animales salvajes como los zorros, los coyotes, los murciélagos, los mapaches y las mofetas pueden llevar esa enfermedad.
Algo que debes saber sobre los murciélagos es que tu niño puede obtener la enfermedad de un arañazo de uno de estos animales o por una mordida pequeña, tan pequeña que podrías no detectarla. Es por esa razón, que es importante que lleves a tu pequeño al doctor si toca a un murciélago o si descubres que uno de estos animales estuvo cerca suyo, por ejemplo en una cabaña en las afueras.
Foto: WilsonB