Un buen masaje nos puede ayudar a relajarnos, a aliviar tensiones musculares, a calmar dolores derivados de malas posturas e incluso nos puede procurar un mejor descanso. Todas estas propiedades conocidas, practicadas y recomendadas en los adultos, abren todo un nuevo campo de desarrollo y sensaciones para nuestros bebés.
El doctor francés Frederik Leboyer, en un viaje a la India, observó como una mujer brindaba afectuosos masajes a su bebé, y como estos firmes movimientos repercutían de manera beneficiosa en el niño. Luego de compartir esta experiencia, la cual se le manifestaba de manera cotidiana, decidió organizar la información visual que había adquirido y llevó la técnica hindú a Occidente. En homenaje a la madre del niño, decidió bautizar la metodología Shantala.
El masaje infantil era algo muy común entre las comunidades primitivas, porque no sólo establecía las bases de la comunicación entre los grupos familiares, sino que además era fácil comprobar los beneficios en la salud de los bebés al recibir este tipo de caricias.
El especialista francés pudo detallar como esta técnica consigue calmar a los niños, fortalece su sistema inmune, favorece sus ritmos de sueño y alienta el desarrollo psíquico positivo.
La forma correcta de brindar los masajes para obtener los mejores resultados posibles, se relaciona con el hecho concreto de hacer rutina el momento entre padres e hijos, convirtiendo la experiencia en un juego de emociones en los que todos los sentidos se encuentren comprometidos. Por eso la importancia de predisponer un lugar con sonidos agradables que estimulen su oído y realizar los masajes con aceites naturales o cremas que potencien el calor del contacto físico.
El masaje puede favorecer el aumento de peso en los bebés prematuros y la reducción del nivel de azúcar en la sangre, en aquellos niños que padecen diabetes. La experiencia demuestra que el contacto físico no sólo es un gesto de amor y fortalece vínculos, sino que además produce ciertas modificaciones en hormonas importantes para el metabolismo.