Cuando estás en embarazo son tantas las cosas que tienes que considerar para mantener bien tu salud y la de tu bebé que algunas veces es difícil mantenerte al tanto. Ya sabrás que en esas épocas de tu vida el sueño se convierte en todo un reto, porque es más difícil estar cómoda, en especial con todo tu cuerpo cambiando. Algo que tienes que considerar es la cama en la que usualmente descansas, en especial si es de agua.
Usualmente no tendría que haber algún problema en que duermas en una cama de esas, pero podría ser riesgoso la temperatura de ella y la electricidad que se utiliza en algunas para calentarla. Debes tener en cuenta las preocupaciones de los expertos acerca de la elevación de la temperatura de tu cuerpo porque aseguran que la elevación de esta a más de 38 grados centígrados por un extendido periodo de tiempo puede elevar el riesgo de abortos espontáneos o defectos en el tubo neural.
Sin embargo, no mucha gente calienta la cama a una mayor temperatura que la que tienen en sus cuerpos, así que si ese es tu caso, no es muy probable que tu temperatura se eleve lo suficiente para poner en peligro tu embarazo. Sólo debes asegurarte que la temperatura no sea más alta de los 37 grados, así te mantendrás dentro de los niveles permitidos en estos casos.
A pesar de que durante tu embarazo no existe algún problema en que duermas en una cama de agua, es una asunto diferente a la hora de dormir con tu bebé recién nacido. Esto no es para nada recomendado porque estas camas son demasiado suaves, por lo que existen unas mayores posibilidades de que en medio del sueño el bebé se pueda sofocar bajo diferentes circunstancias.