El ronquido se produce cuando algo obstruye el flujo de aire a través de la boca y la nariz. El sonido es producido por los tejidos de la parte superior de las vías respiratorias que chocan entre ellas y vibran. Si bien esta afección suele presentarse en los adultos, mayormente en los hombres, estudios recientes han dado cuenta de que cuatro de cada cien niños pueden padecerlo, incluso también siendo bebés.
Por qué ronca mi bebé
Estos sonidos pueden ser normales y presentarse de manera esporádica, sin embargo en ciertas ocasiones pueden responder a trastornos del sueño, un exceso de peso, problemas respiratorios transitorios (como una gripe o un resfriado) alergia o asma.
En estos casos, se debe consultar con el pediatra ya que si se comprueba que el pequeño ronca por apneas del sueño, esto puede despertarlo durante la noche en varias ocasiones impidiéndole un buen descanso y afectando su crecimiento y desarrollo.
Cómo se tratan los ronquidos
La mayoría de las veces los ronquidos solo responden a dolencias leves que se presentan de manera momentánea y tienden a desaparecer fácilmente una vez tratada la patología.
Si el médico evalúa las condiciones de salud generales del bebé y determina un sobrepeso, el mejor tratamiento será el de una dieta balanceada, que mejorará, no solo el aspecto respiratorio, sino todas sus funciones vitales.
Cuando el trastorno es producto de alguna alergia o resfriado, el pediatra será el encargado de indicar que tratamiento deberá seguirse y que medicamentos son necesarios para acompañar este proceso.
La mayoría de los padres suelen acudir al médico con mucha ansiedad y dudas, ya que cualquier cambio en la respiración del niño se transforma inmediatamente en un signo de alarma para ellos. Sin embargo, es necesario saber que algunos bebés pueden roncar y que, en todos los casos, cada especialista evaluará el motivo y tratará al pequeño con el objetivo de prevenir afecciones más serias.