Cómo organizar el tiempo

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En la actualidad, los diversos roles que ocupa la mujer en la sociedad exigen una impecable organización del tiempo que muchas veces es difícil de conseguir. Aunque no se logre ser una experta en seguir el itinerario, hay algunos consejos que ayudan a no ahogarse en un mar de tareas por cumplir.

Ivy Lee, considerado el padre de las relaciones públicas, creó una sencilla y aparentemente evidente técnica de organización del tiempo. En su momento, entregó la lista a un prestigioso empresario bajo la promesa de que, si le resultaba útil, le pagaría por ella. A los tres meses, Lee recibió un cheque con 25 mil dólares, razón de más para intentar implementar esta técnica.

1. Hacer una lista limitada de cosas por hacer, unas 10 cosas diarias

2. Priorizar cada elemento de la lista: colocar primero lo más importante y luego lo menos importante

3. Comenzar por la primera tarea. Una vez culminada, pasar a la segunda y continuar hasta terminar

4. Si no se culmina la lista, no hay problema. Se dedicó el día a las cosas prioritarias y mañana habrá tiempo para continuar lo que faltó

Por muy elemental que pueda parecer esta lista, plantea varios de los problemas más cotidianos  a los que  se enfrenta la mujer al organizar el tiempo:

– No decir no: asumir todas las tareas al mismo tiempo es imposible, pero difícil de asumir. Hay que aprender a decir no para poder establecer un número limitado y razonable de tareas diarias.

Establecer prioridades: dedicar mucho tiempo a varias cosas triviales consume el tiempo que debería emplearse en asuntos importantes. Elija las tareas más urgentes, de mayores consecuencias y que dependan más de su presencia. Consiga el balance recordando el refrán que reza: lo urgente a veces no deja tiempo para lo necesario.

Enfocarse: cuando se quiere hacer todo a la vez, es muy fácil dispersarse. Es muy frecuente comenzar por una actividad, abandonarla para ocuparse de otra, y así sucesivamente. Al final, el tiempo se habrá consumido sin que logre terminar ninguna actividad. Por eso  se debe comenzar por el principio, culminar y luego pasar a la siguiente tarea. Te has planteado alguna vez lo ocupada que estás en el trabajo?.

Cero estrés: quienes no logran terminar todas las asignaciones del día suelen estresarse. El resultado: la mente no piensa con claridad para resolver los problemas y urgencias, todo se ve peor de lo que es e incluso se cae en enfermedades psicosomáticas que impiden continuar. Dejar lo que no se terminó para mañana, sin mayores preocupaciones, permite planificar con claridad y calma el día siguiente, y obtener un gran rendimiento de las horas por venir.

Foto: atmo

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