Generalmente los niños que poseen un bajo peso al momento de su nacimiento, se sabe que pueden llegar a tener un bajo porcentaje de crecimiento, luego cuando se van desarrollando en su primera infancia, con respecto a los que nacen en un peso absolutamente normal.
A medida que pasa el tiempo algunos van adquiriendo su talla y se ponen al mismo nivel que el resto, pero a otros les suele costar un poco más, es por eso que los padres debemos darles tiempo y ser muy pacientes.
Lo más importante en estos casos es que los pequeños se encuentren bien y que sean alegres y se desarrollen normal, dado que el pediatra cuando ve que el niño engorda y crece acorde a los parámetros establecidos es muy difícil que solicite análisis de sangre y de orina, para descartar que de fondo no padecen una anemia o un déficit de proteínas que le impidan su total desarrollo, si el especialista no lo tiene presente es porque considera que el niño se desarrolla absolutamente sin problemas que impidan un estado saludable.
Tengamos presente que uno de los factores que más influye en los pequeños es la alimentación, por lo tanto aquellos niños que se encuentran sanos comen lo que necesitan para su desarrollo, conviene ofrecerles pescados, carne, leche y huevos que son productos proteicos que intervienen en el crecimiento, pero sin forzarlos ya que a la larga esto mismo puede provocarles un rechazo.
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