La deshidratación en un niño puede llegar a ser muy peligrosa, sobre todo si viene acompañada de vómitos, sudoración excesiva y diarreas, por eso es muy importante que actuemos con rapidez frente a los primeros síntomas.
Hay que mantener en éstos casos una alimentación líquida, proporcionarle al pequeño muchos zumos y agua para que recupere las sales y minerales perdidos, se debe hacer de forma constante, y en lo posible lentamente con una cucharita para prevenir los vómitos.
La limonada alcalina, que es excelente para combatir la diarrea y los vómitos, repone rápidamente los líquidos perdidos, se la debe preparar en un litro de agua hervida, con el zumo de dos limones y 2 cucharadas de azúcar, una pizca de sal, y una cucharadita de bicarbonato de sodio.
Si la orina es de color anaranjada o amarilla muy fuerte, es necesario llevarlo a la emergencia médica ya que la deshidratación puede ser muy severa en éstos casos.
Para prevenirla ante la presencia de los primeros síntomas que son la diarrea y los vómitos, no se debe exponer al niño en ambientes demasiado calurosos, y mucho menos al sol, recordemos que los lactantes siempre deben permanecer a la sombra, y administrarles suficientes líquidos, sobre todo si se encuentran al aire libre o están practicando actividad física.