En decoración, el blanco nunca pasa de moda, es elegante y, sobre todo, neutro. Pero optar por el blanco no es la elección más fácil, ya que implica saber jugar con la textura de los materiales, que pueden asociarse con el infinito para crear atmósferas muy distintas.
Porqué elegir el blanco para decorar tu casa
La elección del blanco como color principal nos garantiza la creación de ambientes suaves en los que destacar su pureza, simplicidad y elegancia. De aspecto delicado y capaz de transmitir frescura, características que lo convierten en uno de los principales factores para reflejar equilibrio y armonía en una estancia u hogar, según sea su ámbito de utilización.
Por sí mismo, aporta luminosidad a los espacios, realzando la luz tanto natural como artificial, y se convierte en una herramienta realmente útil en estancias pequeñas, así como en habitaciones interiores y de escasa iluminación.
Ventajas del color blanco en la decoración
Una de sus principales ventajas es su versatilidad, puesto que es fácilmente combinable con cualquier estilo y entorno decorativo, aunque si que es cierto que requiere especial atención a la hora de combinarlo con otros colores, evitando de esta manera errores comunes que puedan restar protagonismo a la composición que deseamos crear.
Al utilizar junto con el blanco colores cálidos y vibrantes, estos deben ser usados en pequeñas dosis, con ligeros detalles de color o alternando accesorios, muebles o textiles, evitando recargar el espacio y disminuir de forma exagerada la presencia del color base. Utilizados correctamente generan contrastes agradables, al mismo tiempo que el blanco disminuye la intensidad de los tonos fuertes.
Dónde usar el color blanco
Los salones en blanco suelen transmitir una gran sensación de limpieza, orden y serenidad. Normalmente se usan en salones de estilo moderno o con un marcado carácter nórdico si éste tono se combina con la madera.
La cocina siempre debe transmitir orden y limpieza. El blanco para este cometido es ideal y dependiendo del resto de detalles podemos darle distintos estilos y personalizarla al máximo, por ello elegir los revestimientos en este tono suele ser un acierto.
Los cuartos de baño suelen ser muy reducidos, por lo que cualquier gesto que les haga ganar unos metros cuadrados siempre es un acierto. Los azulejos y revestimientos en blanco potenciarán la sensación de espacio.
Por supuesto también podemos usarlo en los sanitarios (siempre es el color más común) y en el mobiliario. Si nos parece soso siempre podemos dar color a través de pequeños detalles como las toallas o jarrones con flores.