Entre los 8 y 12 meses, por lo general el bebé comenzará a alimentarse solo, y es un buen momento para enseñarle además a beber en un vaso. Para facilitar el proceso, debe dejarlo coger un vaso que solamente utilizará el niño, especial y de los que tienen dos asas, con tapa y pico, o simplemente un vaso de plástico para evitar que pueda romperse. Ambas opciones minimizarán los riesgos mientras el bebé experimente como coger el vaso o dejarlo caer.
Al principio debe llenar solamente el vaso en los horarios de la alimentación y enseñarle de a poco como sujetarlo y llevarlo a su boca, inclinándoselo para que el pueda beber. Como padres apreciamos el desarrollo y las capacidades que va adquiriendo nuestro pequeño hijo pero no debemos impacientarnos, al menos en las primeras semanas, es un trabajo que debemos realizar en conjunto.
Los primeros días tenemos que intentar que entienda como coger el vaso llevárselo a la boca y de que manera obtener lo que hay dentro, y no obligarlo a beber del vaso mojando toda su barbilla o ensuciando innecesariamente su ropa suplicando que lo haga. El que el niño aprenda a beber del vaso tiene grandes ventajas, como la estimulación de la coordinación mano-boca, y nos ayudan a prepararlo para el destete, que suele tener lugar llegado el año. Podrá darse cuenta de esto cuando:
- Empiece a mirar a su alrededor cuando lo amamanta o le da el biberón, sin prestarle atención
- Agarre el seno o la tetina con la boca pero no succione.
- Intente bajar de su regazo antes de que termine de comer.
Esto no ocurrirá de la noche a la mañana, pero puede que el comenzar a beber en el vaso colabore para que allí, beba no solo durante las comidas sino que además desayune y meriende. De todos modos usted puede empezar con el proceso e ir avanzando en forma gradual, dejando que sean el interés y los gustos del pequeño los que vayan guiando en este gran avance del aprendizaje de nuestro hijo.