Las algas marinas son vegetales que poseen un gran contenido de minerales y oligoelementos dado que una cucharada le ofrece al organismo los nutrientes necesarios para mantener el metabolismo celular correctamente.
Las mismas contienen yodo, cobalto, magnesio, calcio, fósforo y potasio, entre muchos de sus nutrientes.
El yodo presente en las mismas es esencial para el funcionamiento de la glándula tiroides que ayuda al crecimiento y buen funcionamiento del organismo, por su parte la gran cantidad de vitamina B12 que poseen las convierten en fundamentales para el buen funcionamiento de los riñones y el hígado.
Son excelentes para las funciones digestivas, y permiten regular la flora intestinal en caso de estreñimiento así como también reducir los gases intestinales. Colaboran con la reducción del colesterol, previenen la hipertensión arterial y son eficaces en cualquier plan de adelgazamiento, ya que las mismas producen saciedad y poseen un bajo aporte calórico.
Por otro lado poseen propiedades antivirales y antibióticas, limpian las arterias de sedimentos que pueden adherirse a sus paredes, son diuréticas, eliminan el estrés y la fatiga, y son ricas en antioxidantes.
Las algas marinas más reconocidas en la alimentación son las algas Nori, Nishime Kombu, Ito wakame, Hiziki, Arame, Alaria, que forman parte de la familia de algas pardas. Por otro lado están las algas rojas, que son muy ricas en hierro, calcio, fósforo y yodo, como el Agar agar, Dulse, Carragaheen, y las algas azules, ricas en proteínas y aminoácidos entre la cual destacaremos a la Espirulina.
No dejes de consultar con tu especialista de confianza e implementarlas en vuestras comidas.
