Ambos son dos métodos que sirven para aliviar malestares de forma natural. Las compresas se realizan con un tejido de algodón o lino, nunca con fibras sintéticas, doblando varias veces y embebiendo en agua, que luego se aplica en la zona enferma del cuerpo.
La temperatura del agua muchas veces puede variar. Generalmente se utiliza agua fría para bajar la fiebre, y para aliviar ciertos dolores de cabeza como las jaquecas, y se utilizan infusiones o agua caliente, para acelerar procesos inflamatorios o producir relajación.
El paño de las compresas no se debe colocar directamente sobre la piel, sino que siempre hay que interponer algún otro tejido para que proteja la dermis, y se debe controlar la temperatura para evitar quemaduras, ya sea por frío o por calor, también puede colocarse un paño de mayor tamaño, para envolver la compresa y fijarla en la zona a tratar.
Las cataplasmas, son preparaciones pastosas envueltas en algún tejido o aplicadas directamente sobre la piel, en las zonas a tratar, el material utilizado para confeccionarlas es muy variado, puede ser arcilla, barro volcánico, plantas medicinales, hojas de repollo, algas, granos de lino, de mostaza, productos animales como cera etc. Las mismas pueden realizarse frías o calientes y el tamaño varía según la zona afectada.