Hacer yoga es algo que cada día se va convirtiendo en algo más común para las personas del mundo occidental, en especial aquellas que sufren de estrés o que tienen mucho trabajo en sus manos. Esto porque ayuda a canalizar las energías al mismo tiempo que el cuerpo se va entrenando y si quieres hacer un tipo un poco más fluido te recomiendo hacer Vinyasa.
El yoga Vinyasa, o el de la fluidez, utiliza la respiración como una parte integral del movimiento que se realiza en él, siendo muy cercano al tipo Ashtanga en su estilo. Sin embargo, Ashtanga tiene posiciones más secuenciales que la mayoría del tiempo son las mismas, mientras que en esta es el instructor el que va seleccionando lo que se debe hacer y el ritmo a seguir.
La dificultad que puedas tener a la hora de hacer esta clase de yoga depende de las secuencias y de las posiciones que escoja tu instructor, y la idea es que vayas fluyendo de una posición a la otra con espacios muy cortos entre ellas. Así como en el tipo de yoga Hatha, estas clases varían entre los niveles uno y tres por lo que es mejor que vayas avanzando a medida que vayas practicando.
Este tipo de yoga es recomendado si te gusta hacer las posiciones y el estilo del Ashtanga, pero no te gusta hacer las mismas repeticiones en todas las clases, por lo que lo puedes adaptar a cualquier nivel físico que tengas. El Vinyasa ha sufrido más cambios en el mundo occidental que otras clases de yoga, por lo que es muy común que encuentres que algunos profesores ponen música moderna y se refieren a las poses en términos coloquiales como la de la montaña o la de la silla.
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