Las bebidas energizantes aparecieron en Europa en los 80. Actualmente sus mayores consumidores son los jóvenes, quienes las utilizan en clubes nocturnos para resistir hasta el amanecer. Diversas investigaciones y la evidencia cotidiana señalan que su abuso o la combinación con bebidas alcohólicas puede tener consecuencias peligrosas.
Se consumen para combatir el cansancio, evitar el sueño, mejorar la atención, conseguir reacciones más veloces y aumentar la resistencia física. Contienen cafeína, vitaminas, minerales y azúcares que brindan potencia al organismo y muchos las combinan con alcohol para neutralizar su efecto depresor del sistema nervioso central.
La cafeína, uno de los principales ingredientes de este tipo de bebidas, produce efectos tóxicos a partir de los 240 miligramos. Por lo tanto, quien consuma más de tres latas de energizantes (cada una con un contenido que varía entre los 60 y los 112 mg) puede presentar síntomas que pueden ir desde una molestia física ligera hasta una descompensación cardíaca severa.
Entre los efectos negativos que ocasionan los energizantes (que aparecen entre las dos y las ocho horas después de haber sido consumidos) se puede señalar el enrojecimiento de la cara, dolor de cabeza, dilatación de la pupilas, excitación, hipertensión arterial, taquicardia, hiperactividad y vómitos.
Sin embargo, el peligro aumenta al mezclarse con alcohol o drogas, con riesgo de convertirse en una adicción ya que el consumidor necesita aumentar la ingesta para sentir los efectos benéficos que antes conseguía con menos cantidad. La cafeína disminuye la sensación de embriaguez al contrarrestar los efectos sedantes del alcohol, lo cual genera un peligroso aumento de la cantidad consumida. Además, al ser diuréticos (la cafeína y el alcohol) también generan deshidratación.
Por último, las consecuencias pueden ser particularmente graves para los jóvenes que sufran alguna en enfermedad cardíaca que desconocen. Para este tipo de casos, el abuso de los energizantes puede ser particularmente peligroso.
En consecuencia, para cuidar nuestra salud los médicos recomiendan no mezclar las bebidas energizantes con alcohol, no consumirlas en caso de ser menor de edad, no excederse de un máximo de dos latas por día y no usarlas durante el embarazo o la lactancia.
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