Muchas veces los niños se vuelven expertos manipuladores, utilizan sus berrinches o chantajes emocionales para obtener lo que quieren por parte de sus padres. Saben bien que sus emociones de tristeza tienen un efecto positivo en las decisiones que tomen papá o mamá, ellos saben que tan sólo gritando o llorando conseguirán esa golosina que tanto les gusta o lograran convencer a sus padres para salir de paseo.
Pero cuando esto se hace costumbre y los pequeños siempre logran lo que quieren manipulando a sus padres, la relación de ellos con el niño se vuelve realmente inmanejable, las reglas se pierden y las faltas de respeto se conviertes en algo diario.
Y es que algunos padres creen que la única solución a este problema, es simplemente darles lo que piden antes de que griten en algún lugar público o en una reunión familiar y los dejen mal parados.
Reacción de los padres ante un chantaje emocional de los hijos
Pero ¿qué recomiendan los psicólogos frente a un capricho? Muchos psicólogos infantiles recomiendan que antes de decirles simplemente «NO», se les explique las razones y se les enseñe a aceptarlas de a poco. Se les debe dejar que hagan el berrinche sin hacerles el menor caso pero cuidando que no se vayan a lastimar, esperar a que se tranquilicen y volverles a hablar.
El mejor castigo para los niños es quitarles lo que más les gusta, y hacerles entender porque no se les dará, tal vez por la forma inadecuada de pedirlo o por no saber esperar y empezar a exigir con desesperación.
Los gritos o golpes nunca han resultado, este es un error al momento de castigar a los hijos, ya que sólo se logra tener niños mas rebeldes y agresivos. Si el padre pega ahora a su hijo, existen muchas posibilidades de que él sea igual cuando tenga hijos, es como una cadena que siempre aparece.
Si bien es cierto, cada situación es distinta pero nunca hay que olvidar que los padres tienen el control sobre los hijos, y que de ellos depende educarlos de la mejor manera para que lleguen a ser buenos padres de adultos.
