En la actualidad se reportan con mayor frecuencia, casos de niños con problemas de concentración y bajo rendimiento escolar, esto se debe a que el entorno de un niño está lleno de novedades, estímulos y diversas informaciones, estas pueden ser causas de una baja atención y concentración en sus estudios y en las tareas escolares. Por ello es preciso que el pequeño realice un tipo de ejercicio o disciplina que logre estimular sus hábitos de atención, este deporte puede ser Yoga.
Para que haya una adecuada concentración la habilidad fundamental que debe primar es el proceso del conocimiento, se debe mantener la atención focalizada en el punto de interés, durante el tiempo que sea necesario. Si la concentración es difusa, el aprendizaje se vuelve imposible, por ello la concentración es imprescindible para aprender algo nuevo.
La atención y concentración de un niño al máximo dependerá de la facilidad que adquiera para evitar distracciones que puedan perturbar estos procesos, ya sean problemas personales, la falta de objetivos, los ruidos, etc.
Cómo ayuda la práctica del Yoga en el niño
Muchas veces, las dificultades académicas hacen que los niños comiencen a preocuparse y estas no son canalizadas en su momento, derivando en estrés infantil. Para evitar ello, se ha comprobado que ciertas posturas del yoga son un gran medio para lograr relajarlos, beneficiando su salud mental y física.
Un niño que consigue alcanzar la serenidad a pesar de cualquier tipo de circunstancias, maneja mejor sus emociones durante un examen final o en los días anteriores a una competencia del tipo que sea. Se ha demostrado también que practicar Yoga les enseña a organizarse creando nuevas rutinas y hábitos de estudio.
Los pequeños que practican yoga muestran una postura correcta al caminar o sentarse, sus músculos logran ser mucho más flexibles, emocionalmente se hacen más sociables y su memoria y capacidad de concentración se vuelven óptimas.
