La hepatitis tiene una incidencia alta y la mitad de los afectados ignoran que la padecen, debido a que la enfermedad cuenta con una evolución asintomática, lo que ayuda que deriva en cirrosis descompensada o cáncer de hígado.
La hepatitis es una enfermedad inflamatoria del hígado causada por los virus A, B o C y su contagio es por contacto de un familiar o sexual con personas infectadas y transmisión vertical de madre a hijo.
Existe una vacuna obligatoria para poder prevenir la hepatitis A, para los recién nacidos y contra la hepatitis B una inmunización con dosis de refuerzo en preadolescentes y tratamiento, pero no pasa lo mismo con la hepatitis C, para la cual no existe vacuna pero sí se encuentra un tratamiento que puede ser seguro en más de un 50 por ciento de los pacientes, se señaló que la cobertura de vacunación contra la hepatitis A y B es en forma gratuita.
Gracias a la incorporación al calendario de la vacuna contra la hepatitis A, a partir del mes de marzo del año 2007 no se han hecho más trasplantes hepáticos provocados por esta enfermedad.
Estos virus pueden pasar desapercibidos por años y causar complicaciones hepáticas muy serias, es preciso saber que se pueden evitar consecuencias mayores con un simple análisis de sangre que pueda detectar la hepatitis a tiempo.
La hepatitis B es una de las infecciones virales más comunes en el mundo, con unos 2 mil millones de infectados y 350 millones padecen la infección en forma crónica y entre 500 a 700 mil fallecen todos los años por esta enfermedad.
La hepatitis C se vuelve crónica en 4 de cada 5 afectados, pueden desarrollar cirrosis o cáncer de hígado después de 15 a 30 años.
Esos virus representan un riesgo elevado para la salud mundial, se comprobó la presencia de unas 350 millones de personas con infección crónica por hepatitis B y 170 millones por el virus de la hepatitis C.
Lo que más preocupante es que se estima que menos de la mitad conoce su enfermedad, lo que conlleva a que la enfermedad se desarrolle en forma asintomática, causando serias complicaciones como cirrosis descompensada o cáncer de hígado.
La hepatitis C, es una de las primeras causas de trasplante hepático y muchas de las personas infectadas siguen contagiando la enfermedad sin advertirlo, lo que hace desarrollar nuevos casos, entre ellos sus parejas, niños recién nacidos, o nuevos infectados por distintas vías.
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