Cómo controlar el presupuesto en tiempo de crisis

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controlar el presupuesto

Cuando tiempo atrás disfrutaba todo el mundo de algún grado de bonanza económica, lejos estaba el momento de pensarnos preocupadas por economizar y controlar el presupuesto, tratando de que con los mismos ingresos de años atrás cubrir las necesidades con más alto costo, pero no hay vuelta atrás y hay que mantenerse a flote, sobretodo hay que implementar un control del presupuesto que permita no pasar verdaderas carestías pero asumir que los tiempos de holgura han pasando y que debemos consumir lo necesario y ser creativas con los ingresos.

Hay que asumir que las mujeres gastamos más, pero eso también facilita la toma de decisiones para ahorrar porque tenemos claro que es lo que podemos limitar sin tener que pasar realmente malos ratos. Hay rubros de gastos que no pueden ser sacrificados, alimentación, vivienda, salud, educación y claro está los compromisos contraídos previamente, porque sin credibilidad financiera nos veremos en peor situación en caso de necesidad.

Qué hacer para controlar el presupuesto

Para controlar el presupuesto hay que hacer un plan de gastos, pero más exhaustivamente que cuando no nos preocupaba tanto el dinero. Hay que destinar el dinero necesario para cada gasto, de los que hemos enumerado, y dejar un mínimo, si alcanza, remanente para cubrir emergencias, que siempre las hay.

Planificar compras con antelación, sean compras de la clase que sean: Hacer un plan de lo que se necesita, una lista para el supermercado y otras necesidades, permite realmente comprar lo que se necesita y no ir de compras sin un plan concreto y gastar más en cosas que quizá no se necesitaban. Igualmente las compras mayores en casa, como un ordenador o una nevera, requieren una investigación cuidadosa, para lograr un precio accesible por un electrodoméstico que sea realmente funcional.

Aprovechar todos los recursos disponibles, si se tiene internet en casa que se utiliza para distracción también se le puede sacar enorme provecho, pagando online las cuentas, comprando lo necesario, lo que permite ahorrar ligeramente en costos que supondrían y que son un riesgo por cuanto pueden resultar en más gastos, marchando de tiendas para cotizar alguna compra o para pagar algún consumo como la energía eléctrica.

Ser creativa, hay que ahorrar en todo lo posible y eso se logra aprovechando la creatividad, como cocinar con variedad pero utilizando menos tiempo para ahorrar costos de gas y energía, adquiriendo productos a costos accesibles y dándoles el uso necesario. Cocinar básicamente lo necesario y no permitir que se desperdicien alimentos, reciclar todo lo que sea posible en el ámbito del hogar.

Ser práctica y económica, si solías marchar al trabajo en tu coche, pero igual de funcional resulta ir en metro, hacer un sincero recuento de gastos y asumir que caminar un poco más y madrugar un poco es igual a ahorrar un poco y ejercitarse también, lo que no resulta para nada innecesario.

Ahorrar, quizá la situación no permita ahorrar a nadie, pero haciendo el firme propósito de sacrificar un poco, lo mínimo que sea posible cada semana se puede caminar hacia un fondo que servirá en caso de emergencia de poco a poco se logra mucho.

Es importante tener presente, que estos esfuerzos pasan a formar parte de nuestra forma de administrarnos y que luego de acoplarnos a ellos, veremos con satisfacción que ahorramos muchas cosas que eran innecesarias y podremos ajustarnos a los tiempos difíciles que corren sin tener que estar estrés cuando se acerca el fin de mes.

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