En la revisión pediatra el médico si percibe un pequeño bulto en la zona de la ingle de su bebé, o un agrandamiento en la zona del escroto, es posible que le comente que el niño padece una hernia inguinal, este trastorno aparece en cinco de cada cien niños que nace y se da mayormente el varones. Ocurre cuando afecta una pequeña porción del intestino que » se cuela» por una abertura ubicada en la parte baja de la pared abdominal.
Motivos de las hernias inguinales
Las hernias infantiles se deben a que las aberturas normales del peritoneo no se cierran bien antes del parto, el peritoneo es una bolsa que rodea los órganos contenidos en la cavidad abdominal. Antes del nacimiento, esta bolsa presenta dos proyecciones alargadas que atraviesan la pared muscular y que en los niños desembocan en el escroto, junto con los testículos, mientras que en las niñas lo hacen junto a los labios de la vulva.
Normalmente estas proyecciones se separan del resto del peritoneo antes del parto, dando lugar en los niños a unas bolsas que protegen a los testículos en el interior del escroto. Cuando estas extensiones no se cierran bien antes del parto una porción del intestino puede «colarse» a través de la abertura en la zonas del escroto y de la ingle, provocando las hernias.
La mayoría de las hernias no provocan molestias y seguramente usted o el pediatra la descubran al palpar el pequeño bulto. Aunque estas hernias deben operarse, no se trata de una intervención de emergencia. De todos modos, si usted le detecta a su hijo, este tipo de bultos lo mejor es informar de inmediato a su pediatra. Muchas veces los especialistas recomiendan colocar al niño acostado y elevarle las piernas ya que de esta manera el bulto suele desaparecer, no obstante el médico deberá evaluar la situación personalmente lo antes posible.
En raras ocasiones se produce lo que recibe el nombre de «estrangulamiento«, donde una porción del intestino, después de salir a través del canal inguinal se hincha y no puede retroceder. En este caso, la cavidad actúa como una especie de argolla que «estrangula» el intestino, que continúa hinchándose, provocando inflamación y dolor. El área afectada es muy sensible al tacto y al tocarla, es posible que el niño se queje y llore desconsoladamente. Este tipo de hernias requieren de atención profesional inmediata.