La mayoría de los padres creen que cuando sus hijos ya crecen un poco sus problemas de sueño se van a terminar y en la mayoría de casos es la verdad porque entre los dos y los cuatro años ya van teniendo una mayor rutina que hace que duerman al mismo tiempo que tu lo haces y las noches interminables se acaban.
Sin embargo, existen ciertos errores que los padres hacen a la hora de dormir y que puede interrumpir esa rutina.
Los expertos aseguran que los niños en la actualidad duermen menos de lo que lo hacían sus padres cuando tenían la misma edad y esto tiene como resultado que tienes mayores dificultades para que se vayan a la cama a la hora que deben, que no quieran tomar siestas o que cuando la toman no se quieran despertar y que hasta se despierten durante las horas de la noche y no puedan volver a conciliar el sueño.
Posiblemente tu hijo no tiene un horario irregular para ir a la cama o tu no tienes mucho tiempo con él por lo que te quedas con él hasta tarde para jugar un poco con él. Y esto es un problema porque dejar que los chicos se vayan tarde a la cama hace que se fatiguen mucho más y cuando tienen esta clase de cansancio no tienen mucho éxito durmiéndose y quedándose dormidos toda la noche.
Lo mejor es que los niños tengan horarios regulares para ir a la cama, y hasta para las siestas si lo consideras necesario, y mantente con ellos estrictamente. No esperes a que tu hijo empiece a bostezar y a frotarse los ojos para llevarlo a la cama, porque posiblemente ya será muy tarde. Lo mejor es que lo pongas en la cama un poco más temprano y verás como veinte o media hora más de sueño pueden hacer maravillas por tus hijos.
Foto: Gracias a abbybatchelder