Hemos dicho en alguna oportunidad que el embarazo es un estado de grandes cambios en la mujer, y todo ésto se ve reflejado al momento de realizarse los análisis, por lo tanto no hay motivos para alarmarse a menos que el especialista nos de la pauta de que podemos tener riesgo de alguna enfermedad.
En rasgos generales aumenta el torrente sanguíneo, por eso muchas veces al ser mas diluida la sangre, puede aparecer una disminución en la concentración de los glóbulos rojos, lo cual no significa que estemos padeciendo una anemia, que suele aparecer por las necesidades de hierro que requiere el crecimiento del bebé y la obtiene de nuestra alimentación.
También suele aparecer una alteración en los niveles de glóbulos blancos que nos defienden de infecciones, lo que no quiere decir que justamente haya presencia de una, sino que muchas veces se encuentran alterados sin suponer problemas mayores. Como el embarazo predispone a padecer diabetes gestacional, finalizando el segundo trimestre, se suelen medir los niveles de glucosa, ya que la misma en exceso puede provocar que el bebé crezca mucho más de lo necesario, y en esos casos el especialista nos indicará que consumir en nuestra dieta y si debemos inyectarnos o no insulina. La diabetes gestacional, casi siempre desaparece luego del embarazo.
