El mármol es un material muy apreciado en la decoración, no sólo por su versatilidad a la hora de trabajarlo, sino también por su estética y glamour que otorga a los ambientes. Puede estar presente de muchas formas pero en la mayoría de los casos se encuentra en el suelo de las habitaciones o en las escaleras.
La mayoría es de color blanco y es por eso que muchos optan por él pues su belleza decorativa es única. El problema surge cuando nuestro material se llega a manchar por el uso diario y por otras inclemencias naturales.
Recuerda que el mármol es un material netamente poroso ante esto es muy importante que al mojarse rápidamente debe limpiarse y así evitar que las manchas penetren y percudan permanentemente la superficie de la roca.
La lejía y compuestos similares pueden dañar permanentemente por su alto grado de acidez así es que es poco recomendable utilizar esto para la limpieza general. Un paño húmedo suele ser suficiente para tal efecto.
Una buena capa de cera nunca está de más, puede hacerse cada cierto tiempo, generalmente cada 3 meses. Esto protegerá la capa exterior, la abrillantará y además hará mucho más fácil la limpieza tiempo después.
Evita humedecer innecesariamente el área. El calzado puede afectar la zona así que evita inconvenientes colocando algunas alfombras en los pasillos o entradas. Por último no te olvides de pulir a máquina todo el mármol por lo menos una vez cada 3 o 4 años. Esto garantizará su belleza por largo tiempo.