Un alto porcentaje de los adultos del mundo está justo en la línea o ya han cruzado los niveles del colesterol alto, lo que incrementa los riesgos de ataques cardiacos y enfermedad cardiovascular. La estatinas, que son los medicamentos que reducen los niveles de lipoproteínas de baja densidad que conocemos más familiarmente como colesterol malo, son en la actualidad algunas de las medicinas más consumidas en el mundo.
Pero los medicamentos son sólo una parte de la solución ya que para mantener ese colesterol malo que afecta nuestra salud se necesita mantener un peso adecuado y una dieta, como elementos trascendentales junto a las medicinas para tratar esta condición. Usualmente los expertos recomiendan a sus pacientes reducir su colesterol mediante cambios en el estilo de vida que incluyen una dieta saludable y la actividad física constante.
Reducir tu colesterol malo a través de tus hábitos alimenticios y mediante el ejercicio significa que puedes así evitar del todo los riesgos de efectos secundarios negativos que estos medicamentos pueden tener. De hecho al cambiar tu estilo de vida sólo puedes tener efectos colaterales positivos como una mayor cantidad de energía, una pérdida de peso significativa y una mejor salud en general.
Uno de los pasos es reducir las grasas saturadas a no más del siete por ciento de las calorías totales de tu dieta y el colesterol a no más de doscientos miligramos al día. Las grasas saturadas elevan más los niveles de colesterol en la sangre que cualquier otra comida en tu dieta, exceptuando tal vez las grasas trans que han ido saliendo poco a poco de las comidas. Para esto debes tener una dieta basada más en frutas, vegetales y granos enteros y limitar otros alimentos como los productos de leche entera, las comidas fritas, las carnes rojas y los panes.
Foto: Ed Yourdon