El color denota finura y elegancia, más aun el material: la joyería de oro es un complemento de gran lujo y extravagancia, e incluso las piezas más sencillas representan sofisticación con la sola textura y apariencia del mineral.
Uno de sus encantos radica en el brillo que proyecta, sobretodo cuando la joya es lisa y refracta luz más que las superficies cacarizas e irregulares que sirven de ornamento en cierto estilo de joyería, como sucede en el perímetro que rodea a la piedra del anillo a la derecha en la imagen.
Por ser de gran calidad y de un excelente gusto, la joyería dorada debe coordinarse de una forma especial con el outfit con el que se lleva, en aras de lograr un buen look y no caer en los excesos de mal gusto.
A un conjunto de prendas completamente negro, por ejemplo, le es oportuno un juego de pendientes, collares y varios brazaletes; sandalias y cinturón, todos ellos en color oro.
Un color de ropa y accesorios con el que comúnmente se le acompaña es el marrón. Este estilo da un toque de sobriedad que se equilibra con modernidad y viveza, gracias a la luminosidad del oro.
Foto: DeSmitten
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