La tendencia andrógina ha de hacer distinción casi nula entre el sexo femenino y el masculino, mezclando elementos de ambas modas de tal manera que en el atuendo quede indefinido el sexo destinatario.
Las prendas se caracterizan por abstenerse de añadir adornos o detalles demasiado ornamentales, mucho menos cortes sensuales o estampados llamativos: este minimalismo queda reflejado también en los patrones, los cuales se limitan a las prendas a rayas, lisas o con combinación bicolor.
En la tendencia se procura disimular las curvas que son característicamente del sexo femenino, como el busto y la cadera. Se presta poca importancia a la finura de los acabados y generalmente se emplean colores más neutros.
En el peinado los arreglos se procuran básicos, desenfadados, alborotados, las crestas o con un estilo sencillo.
Su ventaja es que es sumamente funcional y cómoda. Es posible armar diferentes conjuntos de atuendos diarios para aquellas mujeres quienes trabajan en oficinas o quienes requieren un look serio y formal.
Prendas y accesorios muy propios de esta tendencia son los blazer largos y de corte recto, los pantalones con pinzas, los sombreros de ala corta, las camisas de botones básicas, los zapatos planos en color negro, trajes de chaqueta, corbatas, tirantes elásticos para pantalón y chalecos de cuello alto.
Foto: el estilo importa